César Hildebrandt en extensa entrevista para la revista Lima Gris.

El periodista recuerda su juventud en la colegio militar Leoncio Prado, sus primeras aficiones literarias, su fascinación por Cortázar. Lector voraz y periodista rebelde, como el mismo se califica, nos habla aquí un poco menos de política para dar paso a una conversación más amena, aunque con cierta dosis de bilis e indignación, siempre necesarias e imprescindibles en él.

Dice de Cortázar:

"Cortázar me enseñó que la puntuación podía ser aluviónica, y me enseñó que escribir bien no es precisamente una buena medida sino que aceptar el desaliño de la oralidad es literatura también. Cortázar me asomó a ese mundo en donde el castellano no se pavonea ni se engola, sino discurre. Cortázar es un río… ¡Con Cortázar uno viaja! Yo sé cómo era la Maga, conozco casi todo de la Maga. Sus personajes son tan extraordinariamente vivos que uno, de verdad, los asume como auténticos. Cortázar da la impresión de estar escribiendo una crónica más que una novela, hay partes de Rayuela que son casi crónicas por la solidez que tienen sus caracteres."

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